viernes, 29 de febrero de 2008

(...)

(...)Yo siempre he sido lento, una persona que se angustia y lucha con cada frase, e incluso en mis mejores días no hago más que avanzar centímetro a centímetro, arrastrándome sobre el vientre como un hombre perdido en el desierto. La palabra más corta está rodeada de kilómetros de silencio para mí, y hasta cuando consigo poner esa palabra en la página, me parece que está allí como un espejismo, una partícula de duda que brilla en la arena.(...)
Fragmento de El Leviatán de Paul Auster

Las musas se niegan a aparecer.
Tengo un montón de cosas en mi cabeza...
Espero a que sea la hora para poder irme esta noche y ver que es lo que va a pasar con una persona... quiero que me vea, que ahora estoy mejor, cambiada, distinta... que vea lo que se pierde...
Y a la vez quiero, necesito un abrazo de esa otra persona. De ese que me esta haciendo sentir bien después de lo que me pasó en diciembre... de ese que no duerme o duerme poco para verme... que me esperó una hora y media... de él...
Basta.
Si las musas se niegan a aparecer, no me puedo obligar a escribir.


miércoles, 27 de febrero de 2008

La Triste Historia de Little John (2ª Parte)

Odessa, Texas.
Toy Place Pub.
21:36

‘Aquí tienes’.
‘Total. En la decimocuarta misión “destorretaislas”, un golpe de mar volcó la barca de los muchachos cuando estaban a punto de llegar al islote donde estaba el próximo objetivo. Toda una soberana putada. Era de noche, había tormenta, el mar encabritado. Imagínate. Pero estuvieron rápidos, muy rápidos, y enseguida solucionaron el problema: agarraron la embarcación y nadaron hasta la orilla. Allí le dieron la vuelta y todo quedó en un susto. Todos estaban perfectamente. Todos menos Little John. Nadie le había visto desde que volcaron. Querían ir a buscar a su compañero caído, pero tenían que cumplir una misión importantísima, tenían que neutralizar la torre. ¡Ah, amigo! Sin embargo, eran unos buenos camaradas, unos grandes compañeros, los mejores. Excelentes. ¡Magníficos! Así que hicieron lo que cualquiera hubiera hecho en su lugar… Correr en silencio hasta la torre, poner la bomba y salir de allí cagando pepinos. Cuando volvieron a echarse al agua, susurraron el nombre de Little John, por si se daba la casualidad de que estuviera flotando vivo por los alrededores. No lo encontraron. Luego dijeron que hicieron todo lo que pudieron. Más cabrones. ¿Quieres saber el resto de la historia? Yo te la cuento. Little John llegó a la playa justamente cuando los muchachos se iban. Veinte minutos después… ¡BOOM!. ¡Ja! Ni te imaginas. Resulta que en el islote había un batallón completo de soldados japoneses. No me preguntes que hacían allí. No lo sé. Seguramente la Operación Mo iba del carajo y se permitieron mandar alguna que otra expedición a cazar a los tíos que iban por ahí poniendo bombas en sus islas. El caso es que Little John se cagó en todo lo que parió una madre cuando se vio a él sin fusil y un puñado de amarillos cabreados corriendo y gritando por todo el islote con ganas de arrancar pellejos’.
‘Joder’.
‘Lo rodearon y, después de que cada uno le diera su correspondiente patada en la boca, lo fusilaron allí mismo. Supongo que no tenían ganas de tomar rehenes o que estaban durmiendo cuando la bomba explotó… tú ya sabes, los japoneses son personas con mal despertar’.
‘Joder’.
‘Efectivamente’.
‘Pero dime…’
‘Digo’.
‘… hay una cosa que no encaja. Si el equipo se había marchado sin localizar a Little John y a él lo fusilaron luego los japos, ¿cómo puñetas sabes tú lo que pasó?’.
‘Ah, bueno, eso. Lo sé de primera mano’.
‘¿Sí? ¿Me vas a decir que tú eras miembro del equipo y que ahora me cuentas la historia de cómo abandonasteis a un compañero como cobardes para que, de alguna manera, la confesión haga que te perdones a ti mismo?’
‘No seas capullo. Lo sé de primera mano porque Little John me lo contó el mes pasado’.
‘¿Perdona?’
‘Eres un enfermo’.
‘¿¿Perdona??’
‘Sí, un puto enfermo… ¿Me has traído una cerveza sin ganchitos? ¿Qué clase de persona te crees que soy? ¿Cómo pretendes que me beba una cerveza sin ganchitos? ¡Sin ganchitos!’
‘Ains… ahora vengo’.
‘Good’.

martes, 26 de febrero de 2008

Persecución


El coche de policía surcaba las calles al máximo de velocidad que le permitía su motor repleto de cilindros. Esquivando el tráfico como quien quiebra a defensores en un partido y saltándose semáforos que quedaban atrás en pocas décimas de segundo. Después de ello, el nuevo prototipo que estaban probando invitaba a ello.

La sirena aullaba su alarmado lamento mientras llegaban al lugar donde se suponía había sido visto por última vez el vehículo. Después de todo, el helicóptero en la noche no indicaba muy bien en qué calles se hallaría el objetivo. De repente una voz sonó en la radio y el helicóptero parecío centrar su foco en algún lugar calles más arriba. La máquina sobrecargada de gasolina corrió como un león en busca de su presa.

La avenida. Pocos coches. El foco del helicóptero. Allí estaba. Pisó a fondo el conductor y aceleró, probando el máximo de velocidad de nuevo, oyendo rugir el motor deportivo modificado, casi sintiendo como el motor sufría todo el calor del NO2 quemándose entre los pistones. Las farolas y los demás coches eran luces que se perdían en la oscuridad lejana cuando quedaban a izquierda o derecha del vehículo. “No conseguiría huir. Sería un milagro que lo lograra” se dijo a sí mismo el patrullero cuando estaba a metros del coche perseguido. No huiría…










- ¡Josito! ¡Último aviso! ¡A comer ya! –los coches se detuvieron en las manos del niño. Después de todo los milagros suceden a veces.

- Jo mamá… un poquito más –sono la voz del niño desde la habitación. Un rugido de la madre- Por fiiiiii –Otro rugido más.

“Otra vez que el sospechoso se escapaba” pensó el patrullero mientras el coche era guardado en un cajón diferente del coche perseguido. Try again, police...

lunes, 25 de febrero de 2008

Sangre de un joven escritor... Un manjar



Encarada frente a él le besó en la comisura de los labios con una ternura inimaginable mientras él la miraba asombrado acariciándole el rostro, frío como el mármol, y escuchaba excitado. Ella dejaba resbalar su gélido aliento muerto por su clavícula susurrandole:



-Quiero sentir como mi vida fluye dentro de ti, beberme a gotas tu alma y despojarte de tu miseria y dolor, salvarte de esta inmundicia llamada vida regalándote la muerte.
Espero ansiosa sentir como mis colmillos penetran en tu gaznate y que las llagas, profundas, dibujen un rió de sangre sobre tu pecho mientras mueres entre mis brazos, renaciendo de los mismos, siendo hijo de la sangre.

Renacerás tan poderoso y devastador, respetable como el miedo... Que tan solo con un gesto, una sola mirada fulminarás al mas poderoso y desafiante. -


Sus cuerpos se acercaron aun mas el uno al otro, haciendo que la respiración del joven escritor se acelerase, al igual que su pulso.


-Regálame tus gritos nocturnos, tus miedos, cada latido de tu miserable corazón, dame tu sangre...

Tómame de la mano y deja que te guíe por los senderos que la muerte ha dibujado, oscuros y solitarios.
Soy tu salvación, tu válvula de escape de esta insignificante existencia. Teñiremos de carmín nuestras noches mientras saciamos nuestra sed, siendo, el uno del otro, nuestra única compañía.


Él seguía recostado en la pared, asustado, mordiéndose los labios, mientras chorretones de sudor resbalaban por sus sienes.


- Te ofrezco la eternidad, el vagar eternamente de la mano, saciando noche tras noche nuestra sed apagando vidas.Pequeño, deja que sea tu maestra, tu amiga, tu amante... Te despojaré de tu humanidad y te llevaré conmigo. Reza tus plegarias... - le susurró al oído.


Y acercándose lentamente a su cuello, le abrazó mientras hundía sus lánguidos colmillos en su piel, y en aquel callejón nacía una nueva criatura de la noche...

sábado, 23 de febrero de 2008

¿La era de la Justicia Artificial?


Justicia. Según el diccionario de la Lengua Española, se define el término como "la virtud que consiste en poner en práctica el derecho que asiste a toda persona a que le sea reconocido lo suyo o las consecuencias de su comportamiento, debiendo presidir la misma las leyes fundamentales de una nación". Sin embargo hoy en día su sola mención provoca una reacción más próxima al sarcasmo que al respeto solemne que evocaba aquella figura femenina que alzaba poderosamente la balanza con una venda ocultando los rostros a sus ojos justicieros. Día a día, las noticias cercanas y lejanas nos demuestran que, universalmente, la teoría está en muchas ocasiones muy lejos de la realidad práctica a la que ha de someterse. Y este es un hecho que no entiende de culturas, educaciones o religiones, sólo quizás, de la raza misma. La humanidad.


Los griegos eligieron a una dama para portar la libra; sin embargo, se podrían añadir muchos elementos en los platillos de la misma que hacen desequilibrar ambos lados en los descendientes de la Diké: dinero, amistades o incluso la punta de una pistola crean hoy en día prejuicios que dan la vuelta al código penal como una tortilla en una sartén, y el huevo parece no cuajar nunca. Tal vez el problema sea la mano humana que agarra el mango de la cazuela.


En la primera década del siglo ventiuno nos hemos acostumbrado ya a que las máquinas sustituyan el trabajo de los obreros en las fábricas, a que un cajero automático nos supla más funciones que el antiguo banquero, a que una máquina realice las operaciones más complicadas de cirujía y hasta el dispensador de gasolina nos dá los buenos días cuando repostamos. Aún sin habernos parado a pensar demasiado en las ventajas o desventajas que esto pueda tener, nos hemos acostumbrado a introducir la inteligencia artificial en todos los elementos de nuestra vida. En todos, excepto quizá en lo que se refiere a esta gran palabra.


¿Y si tuviese más lógica una Justicia informatizada que doscientos obreros en paro por una máquina? ¿Seríamos capaces de imaginar un juicio en el que el mazo fuese blandido por un robot con todo el código penal memorizado en la base de datos y sin cuestiones personales añadidas? Inmune a chantajes, avaricias, amenazas o sentimentalismos. Eso sí, carente totalmente de humanidad. ¿Puede ser que esta sea también una desventaja? ¿Puede solamente la teoría que estipula una legislación establecer un veredicto "justo" en un juicio?


A pesar de que el magnático mundo de los jueces no ha sido tocado todavía por el desbancamiento de la nueva raza inerte cuyo idioma se basa en dos únicos números, tarde o temprano la cuestión será inevitable, y ellos mismos serán llevados ante la opaca firmeza de la tela que oculta los ojos de la Justicia, y entonces los platos sopesarán cual, si la raza creadora o la raza creada, devolverán a la palabra su ancestral rotundidad.

viernes, 22 de febrero de 2008

Confesión I

Me siento idiota... mi madre nunca me vio como una buena hija porque siempre desaprobaba las pruebas... pero mi hermana no, nunca se llevaba una materia y rara vez desaprobaba algo. Era la hija perfecta que nunca fui... se sabe que siempre hay una mierda en la familia, bueno, soy yo, ¡acá estoy!
Comencé a intentar estudiar.. sin motivo alguno... solo quería que mi madre me reconociese como hija. Hice de todo, nunca me notó...
Dejé de estudiar, me dediqué a hacer desastre, de una forma u otra, mi madre me iba a mirar... qué equivocada que estuve. Nunca fui una luz en la escuela, ni con los amigos... no puedo tirarle la culpa a nadie, pero es que tenia miedo... nunca tuve a alguien que me escuche, o que simplemente me notase... es más, creo que los que mas se percataban de mi presencia eran los profesores cuando tomaban lista.
Me sentí una mierda con mi persona... lo único que se hacer bien es hablar ingles, deseando escapar de este país algún día, de esta vida y estos recuerdos... de esta familia.
Pero hasta sexto me presioné para conseguir que una sonrisa vinculada conmigo saliese de su cara... estúpida la vez en la que creí que iba a pasar eso... soy segunda hija, la menor, hace años me dijo mi vieja que mi existencia en este mundo no era porque si, que ella me habia buscado... se notaba la gran mentira en sus ojos... soy un error, lo sé, pero no me voy a dar por vencida, voy a buscar mi propia vida...
Aún así, en sexto, no di mas, a fin de año intente suicidarme en medio de la clase... me quise tirar por la ventana del gran edificio que era mi escuela. Pero vi el suelo, todavía recuerdo la imagen.. se veía amarillo por la luz del sol, había un basurero y hacía calor... lo ví, me asusté, me paralicé... volví en mi cuando me agarraron y me tironearon para adentro...
Después de todo uno se da cuenta de que no importa lo que hagas... la vida va a ser difícil y a veces una mierda... pero siempre hay que llevarla adelante con tus propios actos...
Y no hacer estas idioteces...

miércoles, 20 de febrero de 2008

La Triste Historia de Little John (1ª Parte)



Odessa, Texas.
Toy Place Pub.
21:34

‘Little John trajo su fusil a la misión, eso dicen, eso comentan, pero es mentira. Una sucia mentira. El Comandante sabe la verdad, pero si le preguntas, te dirá que “esa” es la verdad. Ya ves. Así están las cosas. Lo que pasó fue que Japón seguía dando por culo en el Pacífico Sur y el ejército americano mandó un grupo de élite a destruir unas cuantas torretas de comunicaciones que tenían repartidas por todas las islas de por allí. Tú sabes, solo por joder, ya que, sinceramente, no es que eso fuera a cambiar mucho la situación. Y por supuesto era una misión secreta... Pues uno de esos hombres enviados era Little John. Little John el valeroso. Le llaman valeroso ahora, antes no lo era. Y no lo era básicamente por dos razones: porque no lo era, joder, no lo era y porque no puedes ponerle el calificativo “valeroso” a un tío al que llaman “little”. De cualquier manera, la cosa marchó bien. Por un tiempo, al menos. El equipo reventó varias torretas en varias islas en un par de semanas y los japoneses perdieron tiempo en repararlas. Aunque no demasiado. Los chicos estaban contentos. El Comandante estaba contento. El alto mando estaba contento. Todos contentos. Incluso los japoneses lo estaban. Pero ellos lo estaban porque veían con placer y regocijo como nosotros destrozábamos torres de comunicaciones mientras ellos preparaban en secreto su gran Operación Mo. Un gran ataque que ninguno de los nuestros se olía. Ellos invadiendo países y nosotros haciendo sabotajes chapuceros. Como para no estar contentos. Ellos, me refiero’.
‘¿Y qué pinta Little John en todo esto?’
‘Pídeme otra cerveza, ¿quieres?’.

martes, 19 de febrero de 2008

Lo mejor de escribir.

Cuando me preguntan qué es lo mejor de escribir, una sonrisa aflora en mis labios. Para un humilde servidor solo hay una respuesta que pueda considerarse “lo mejor de escribir” e implica la acción de otros, como el amor.

Lo que más me gusta de escribir es ser correspondido por, al menos, un lector que no sea yo. El acto de ser leído, me muestra lo más similar a la senda de la “inmortalidad”, pues sé que si uno de los escritos surgidos de mi corazón llega a otro corazón, habrá sido marcado por como soy, por mis ideas, por mi vida. Y aunque esa alma desapareciera, seguramente terminaría marcando a otra más pronto o más tarde… transmitiendo en ese todo una pequeña fracción de mí. Formando una cadena eterna.

Al escribir se demuestran las pasiones de un escritor, sus sueños y miedos, su particular y subjetiva manera de ver el mundo. Y al ser leído, es escuchado. Siendo así palabras que no se las lleva el fuego de una hoguera para acabar siendo reducidas a cenizas. Se las lleva el aire, para germinar en el lugar donde las deje.

Cuando imagino la mejor manera de describir una crítica a un escrito solo una puede surgir: Recibir críticas es como ser besado. Hay besos amargos y besos dulces, hay besos impacientes y besos tranquilos, besos que te hacen sentir escalofríos y besos que hacen que te dé escalofríos deseando que acaben. Pero sean como sean, son besos. Y siempre se reciben por ser donados por una persona. Las críticas de un lector son igual. Siempre deberían ser recibidas, y siempre se desean recibir. Y quién no recibe besos –críticas- lo sufre… No los dejéis así nunca, es el único favor que os pido.


Una vez, una sabia dijo que los detalles pequeños forjan las mejores historias que contar. Si es así, mi historia os tiene a todos vosotros, mis lectores, como detalles. Sin vosotros, lectores declarados o en la sombra, la historia no merecería nunca ser contada. Por ello…

Gracias.

lunes, 18 de febrero de 2008

Mi ángel...






El sueño me huía.
Los miedos e incertidumbre volvían a cernirse sobre mi cuerpo desnudo, que yacía inerte sobre la cama.

Me embelesé pensando en aquella mirada profunda que esperaba juguetear con mis pensamientos, y mi cuerpo tembló a los son de aquellas carcajadas que sonaban en las dulces noches de primavera, cuando relatábamos historias, tumbados en el césped, donde tan solo nos arropaba la profunda oscuridad.


En el vaho de los cristales escribía súplicas por tu presencia, mensajes de amor que cayeron en el olvido al resbalar las gotas de rocío emborronando los cristales.


Entre las frías sábanas busqué tu mano esperando quedarme dormida entre tus brazos, pero tan solo los pliegues de las sabanas llegaron a acariciar la yema de mis dedos, Con el paso de los segundos, ya desalentada por tu ausencia, me balanceaba en la sombría cama mientras el frío resbalaba sobre mi piel.


Y como aquella vez que logro apartarme de tus brazos, en la espera enloquecí hasta no ver, no oír, no sentir... y mi único fin era encontrarte.


Martirizadoras noches solitarias, en las que la urbe, en silencio, se mofaba demis lagrimas...
Susurré tu nombre tantas veces en la oscuridad...



Mi ángel, ¡Maldito! Que me robaste el corazón mientras me fundía con tu cuerpo entre besos y caricias. A tu lado el corazón me latía con fuerza ¡Pero ya no lo siento!...

viernes, 15 de febrero de 2008

Buenos Aires



(...)Hoy tuve la oportunidad de ir a Capital Federal. Mas de una hora de viaje desde Jose Leon Suarez hasta la Avenida Corrientes... esa avenida tan famosa... que de dia es... deprimente. No solo porque las luces de los teatros estan, obviamente, apagadas... sino porque se ven los "defectos": las calles rotas, la basura tirada...(...)
Fragmento de un e-mail que le escribí a uno de los escritores de este blog el 07 de enero del 2008.
Buenos Aires... esa ciudad que hoy está muy requerida. Visitada, querida, amada por turistas extranjeros (preferentemente europeos) y odiada por las otras provincias...
Acerca del "odio" de las otras provincias, tengo una pequeña anécdota...
Un año, fui con mi familia a veranear a la provincia de Córdoba. Al perdernos (como ya es constumbre), mi mamá decidió preguntarle a un policía el camino para llegar al hotel. Este, al notar nuestra apariencia de turistas y nuestro acento bonaerense, nos indicó un camino... incorrecto. Lo que nos señalo fue el camino contrario.
En las veces que fui a Capital Federal (aclaración: Buenos Aires está "dividida" en Capital Federal o Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la capital del país, y provincia) noté muchos turistas extranjeros en la calle peatonal Florida... las veces que estuve ahi YO la pasé mal. Desde mala atención en los negocios hasta un hombre que me quiso meter un folleto en la entrepierna... tambien los tipicos mirones que se dan vuelta para mirarte el culo y se te ponen al lado tuyo cantando un tango pensando que te gusta... Perdón... está bien que Buenos Aires sea visitada por un montón de extranjeros que buscan discos, artistas y cosas relacionadas con el tango, que me vengas a cantar "Por una cabeza" (por ejemplo) ¿me indica que sos "más argentino"?
El proposito de este escrito y de los proximos que vendrán (la semana que viene vuelvo a la Avenida Corrientes) es mostrar otra buenos Aires... la que los turistas, o muy pocos, conocen... desde la sociedad hasta lugares donde comer...
09.25 am
Jose Leon Suarez
Buenos Aires
Argentina

Nota 1: si alguien no entiende algunos argentinismos (dudo, porque hablo muy neutro y revisé todo) que me avise y hago un glosario personalizado :)
Nota 2: Gracias a los que me saludaron ayer para mi cumpleaños (todavia pueden hacerlo)

miércoles, 13 de febrero de 2008

¡Sucesos! (o no)

PALOMA DENUNCIA A PALOMO POR ACOSO SEXUAL. El individuo persiguió a la hembra por todos los parques de la ciudad, ante la perpleja mirada de los transeuntes que por allí pasaban.

INGRESA EN URGENCIAS TRAS INTRODUCIRSE UNA MUÑECA "BARBIE" EN EL ANO. Los médicos que lo asistieron aseguran que el hombre entró por las puertas del hospital gritando: "¡Voy a tener un bebé! ¡Voy a tener un bebé!"

HALLAN UN ESQUELETO HUMANO EN EL INTERIOR DE UNA ESCULTURA. Un grupo de restauradores alemanes descubrieron ayer con asombor como una pieza de madera del Siglo XIX que representa a Santa Eloisa fue construida usando como estructura base el esqueleto completo de una mujer.

DENUNCIA A SONY POR ENCONTRARSE UNA RATA DENTRO DE SU MINICADENA. Después de tres días observando como su aparato de música se encendía y se apagaba a voluntad, D.V.R. lo llevó a reparar. Los técnicos que le atendieron encontraron un roedor vivo en el interior del objeto. El joven declaró a los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia que el animal "tenía cierta tendencia a sintonizar la cadena Cope".

MOTOCICLETA SE DESARMA MIENTRAS CIRCULABA POR LA CARRETERA.

USABA COMO FRUTERO UN CUENCO MICÉNICO DE HACE 3100 AÑOS. L.B.S., estudiante de arqueología, había observado con interes toda su vida el recipiente que su abuela usaba para guardar la fruta. El mes pasado decidió divertirse llevando el recipiente al laboratorio de su facultad para analizarlo con sus compañeros, quienes descubrieron con extrema sorpresa como el examen reveló que la pieza era, sin duda alguna, original del periódo histórico griego más antíguo.

martes, 12 de febrero de 2008

Pasado mañana será San Valentín...



El día que descubrí el amor no sonaron campanas, ni tampoco música de fondo. Solo un llanto acongojado y demasiadas preguntas que sería doloroso responder. Las lágrimas caían en el hombro de mi gastada chaqueta de cuero, y fue el mismo llanto, la misma fragilidad la que me enamoró. El saber que la dureza, la frialdad de tu semblante, la fiereza de tu conversación solo encerraba una estrecha y firme necesidad de amar.

No fue una sensación de reto lo que me hizo oír a Cupido y a Eros, no. Lo que lo hizo fue el creer que no debía oírlos. El que mi mente diera impedimentos y el corazón pidiera una oportunidad, esquivando cada impedimento. Por cada “y si…” nacía un “porqué no”. Era una batalla perdida. Era una guerra acabada. Pero los grandes sabios dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Si es así, aún debe haber esperanza. Algún día volverás, lo sé. Y yo volveré a intentarlo, y aunque el no aflore en tus labios, sonreiré. Porque a la esperanza no se la puede matar.

“No te daré más que eso” ¿Y? Siempre he sobrevivido. Siempre hay una oportunidad más. He perdido más batallas de las que me gustaría recordar. Siempre he seguido adelante ¿Por qué rendirse ahora?

Aunque el mensaje fuera no. Se pueden coartar los actos, no el sentimiento. Eso es demasiado fuerte. cada cual tiene su cruz y si uno no conoció el amor y esa fue su perdición, y otro sí y esa fue su condena, prefiero condenarme eternamente a tener la perdición.

Las cartas de amor suelen ser más cortas que las de desamor, supongo que será por lo mismo que un te quiero es más corto que cualquier motivo para rechazarlo. Y rezo a Dios si es que existe para que las letras no lleguen a ti. Para evitar otro no. Es un canto al silencio lo que escribo, a la Soledad. El último graznido de un cisne.

“No existe lo imposible, solo lo inalcanzable” Y yo no puedo alcanzarte. Pese a ello no descarto el llegar a hacerlo algún día. El Sol sigue brillando, la Luna sigue sonriendo cada noche, y el mundo sigue girando… y da muchas vueltas.

Quizás aquel no no es un final. Quizás llegue otra. Quizás, quizás, quizás… ellos ayudan a seguir adelante, pero para eso hay que olvidar. Y no quiero olvidar.

No quiero olvidarte.

Porque aunque nunca vayas a leer esto, aún te estoy amando.

lunes, 11 de febrero de 2008

El Inicio





Eh aquí una nueva alma, con una pluma entre los dedos, para dejar palabras de desagrado, amor, odio, crítica... Y que cada Lunes dejaré algo de mí aquí plasmado, para deleite de unos y desprecio de otros.

Me temo que hoy, las musas, no me han visitado. Las busco en cada esquina, pero parecen muertas a mis ojos. Tantas palabras en la cabeza y que no se ordenan, que no cobran sentido sin su calor...
Aquí abandono la escritura por el momento, hasta que vuelvan a mí, y me hagan el amor hasta que nazcan nuevas historias....

viernes, 8 de febrero de 2008

Mañana Pura


-No te mueras
-¿Por qué?
-Te quiero viva
-¿Para qué?-silencio-. Dame una razón y no lo hago.
Silencio.
-No lo hagas.
Cortó. Estaba enojada. El día anterior habian tenido una pequeña pelea. Ella, como siempre, terminó mal, empezó a pensar. Quizás todos tenían razón. Quizás ellos dos jamás tendrían que haberse visto, besado, conocido. A ellos no les importó. Siguieron juntos.
El día anterior él le había hecho un chiste que la puso mal. Hizo todo para no llorar, se acostó, comió algo, escuchó música, sin resultados. Encontró en su departamento una navajita. Sin pensarlo la ubicó en una de sus piernas y la hundió. empezó a salir sangre. La hundió un poco más. Cada vez salía más sangre. A ella le gustaba, se miró sangrar, reía, cantaba. Cuando decidió que rea suficiente, con su propia ropa limpió su herida.
Miró su departamento. En su escritorio encontró papel y lapiceras. "Esto lista: es ahora o nunca" pensó.

My dear friend:
Solo te vuelvo a escribir para despedirme definitivamente. Esto ha sido demasiado duro y lo que sucedió ayer fue el colmo. No creo que lo soporte por mucho más tiempo.
¿Te acordás de ese video que tanto me gusta, el del chico que se quiere tirar de la ventana del departamento, que está la policía, los bomberos, la prensa y que arrestan a los que yo creo que son los amigos y que al fina termina caminando por la pared? Voy a recrear ese video, pero no voy a caminar por la pared y no creo que a vos te arresten, si llegás a estar ahí. Quiero escuchar esa canción una y otra vez mientras vaya caminando hacia la ventana...
Por favor, decile al que ya sabés que siempre lo quise. Y que me puso muy mal haberme separado de él. Y a la otra persona de la que hablé, que lo quiero mucho... pero que lo que me dijo ayer me lastimó, aunque haya sido un chiste. Y que no se sienta culpable. Lo que voy a hacer hoy ya lo habia pensado desde hace mucho tiempo. Desde antes de que él apareciera en mi vida.
Gracias por todo, amiga. En serio.
si me querés acompañar, bienvenida.
Ya sabés donde va a pasar esto. No por nada elegí un departamento en el piso nueve.

Ni firmó la carta. Fueron sus últimas palabras escritas, no dichas. Antes, agarró el teléfono, llamó a alguien sin importancia, fumó algo, comió su golosina favorita... esperó. Quiso un escandalo, como el de ese video, su favorito. Escuchó esa canción, esa vos aguda y rara del cantante, la cantó por última vez. agarró ropa limpia. Su pantalón negro recién planchado, su remera de mangas largas con cortes en los hombros. Se maquilló. Los ojos en negro, las uñas también. Se miró al espejo. No le gustaba su pelo. Se lo cortó ella misma hasta las orejas con la misma navaja con la que se había cortado la pierna.
Se fue hasta la ventana. Alguien la vio y gritó.
Llegó la policía. La prensa.
Hasta sus padres. Ella nunca fue algo importante en la vida de ellos, ¿por qué estaban allí? No le importó.
Vio a sus amigos. A las dos personas que ella mas quiso.
No le importó. Ya nada importaba.
Ella cantó esa canción mientras saltaba de la ventana hacia el vacío.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Previously on...


Abres un ojo de repente. Bueno, en realidad abres los dos, pero solo se ve como lo hace uno. Tus pupilas dilatadas se resienten y enfocan con dificultad la habitación. Estás en una cama tipo hospital, pero no te hace falta mucho tiempo para darte cuenta de que no estás en un hospital. En la pared de enfrente hay un espejo enorme y sabes que desde el otro lado un tipo con gafas de carey y un fumador compulsivo te están observando. Intentas levantarte, pero no puedes porque estás atado de pies y manos a la cama con correas de cuero. Estás nervioso al principio, pero empiezas a recordar aquella cosa que te dijo tu padre cuando pequeño y poco a poco, te calmas. Entonces tienes una idea. Usas tu sorprendente habilidad para aflojar tornillos con la uña del dedo meñique sin que se note y logras liberar una mano. No te mueves; sabes que el tipo de las gafas y el fumador siguen ahí. Entonces oyes una voz en tu cabeza: “Ya. Mr Gafas-de-Carey y el fumador que mató a Kennedy se acaban de ir. Tienes cinco minutos para salir de ahí cagando leches”. No tienes ni idea de donde viene esa mágica voz, pero tú vas y le haces caso. Te liberas y con una orquilla que has encontrado tirada en el suelo abres la puerta.
Sales a un pasillo largísimo. En un extremo hay un guarda de seguridad canturreando una canción absurda que no se ha dado cuenta que te estás escapando y en el otro hay dos tipos con el mismo pijama blanco que tú. La voz te dice que te vayas con los tipos. Una vez que te unes a ellos, se presentan: uno es un telépata y es quién te ha estado hablando; el otro dice que sabe como salir de allí porque tiene tatuado el mapa de las instalaciones en el culo. No haces ninguna pregunta; total, para qué. Los tres os ponéis manos a la obra y tras ir por quince pasillos, dos túneles subterráneos, tres conductos de ventilación y un parque de atracciones con unicornios, salís al exterior. Perfecto. Lo habéis conseguido.
Pero lo bueno no dura eternamente y el tipo de las gafas de carey y un tal Mahone salen corriendo detrás vuestra. Tú los ves y de repente quieres hacer aguas mayores. Mahone saca una mágnum 55 y le vuela la cabeza al telépata mientras el del tatuaje grita “NOOOOOO”. Decides que estás harto de tarados y huyes por tu cuenta.
Entras en un bosque oscuro, tenebroso, pero con pinta de que han contratado a un equipo de jardineros profesionales para que parezca así. Oyes un ruido extraño y al volverte, ves como un psicópata encubierto, un canoso piesplanos, un pelirrojo repelente y uno que se parece al primo de Michael Keaton abren unos maletines y se ponen a investigarlo todo. A todo eso, escuchas unos susurros que no sabes de donde vienen y entonces ves que delante de ti ha aparecido como de la nada, alguien que no debería estar allí… porque está muerto o de vacaciones en Torrejón, ya sea tu padre, tu amigo, la ex-novia de tu hermanastro… eso es irrelevante. La cuestión es que otra vez te cagas cuando la aparición te dice que tu destino, tu propósito, tu objetivo, está cerca de cumplirse. Y entonces desaparece otra vez.
Y cuando crees que la cosa no puede ser más desquiciante, te despiertas en la consulta de un médico con pinta de dormir con la ropa puesta y te dice que todo lo te ha pasado es síntoma de la malrollotitis aguda y que eres gilipollas. El tipo pasa de ti y se marcha, dejándote solo, de nuevo en otra cama tipo hospital. Solo que esta vez si que estás en uno.
O eso parece, porque entonces la persona que se te apareció en el bosque vuelve a manifestarse y te señala con el dedo mientras recita unos números extraños.

Tú no sabes de lo que habla y ya no puedes averiguarlo.
Más que nada porque era el último episodio de la temporada.
Te queda un año para saber lo que pasa.
Te jodes.
Por friki.

lunes, 4 de febrero de 2008

Una noche cualquiera...


Tumbado mirando el techo, mientras la sábana lo cubría de cintura para abajo, encendió un cigarrillo. La respiración acompasada de la joven que dormía junto a él arrancó una sonrisa de sus labios. Ella rozándole el costado con su espalda, cediéndole parte de su calor. Con el dorso de su mano acarició el cabello de la muchacha que seguía en esa cama, a su lado. Miró mientras se regodeaba en la sorpresa de descubrir lunares salpicando la espalda de la chica, otra sonrisa que se le escapó embelesado. Aspiró una calada más del cigarrillo y rememoró lo que minutos antes había sucedido.

Piel suave, aroma a dulce, reflejos de luces ajenas a la habitación reflejándose en los cabellos dorados de un ángel, las curvas de una mujer siendo recorridas sin prisa por sus manos, el aliento de una muchacha en su cuello… Ojos verdes taladrando los suyos en el momento que ambos se fusionaban. Besos pícaros que se convertían en besos tranquilos. Sonrisas y más besos. Bromas y juego. La unión de dos cuerpos que encontraban el paraíso en el del enfrente.

El cansancio no lo venció cuando ella se durmió, decidió seguir abrazándola, velar su sueño, después de todo, esa noche no era como otras, no tenía que huir como un ladrón antes del amanecer. Siguió recordando, deseando que el aroma de su piel lo arropara… y lo arropó.

No por extraño era menos agradable la forma de haberse encontrado ambos. Dos corazones desengañados del amor que no volvería intentando ahogas sus penas en vasos. Tras las bromas y el coqueteo en un bar donde los clientes iban acabando y marchándose poco a poco, el alcohol –o el amor- hizo que ambos acabaron en una misma habitación, en una misma cama.

Recordó el timbre de la voz de ella, guiándolo. Como dos personas que estuvieran aprendiendo de nuevo como andar, redescubriendo viejos secretos que nunca habían olvidado.

Los dedos continuaron recorriendo la espalda después de haber recorrido el cabello, que terminaba su largura en los omóplatos salpicados de lunares, y contempló como se erizaba la piel levemente.

Un susurro acompañado de un suave movimiento y de nuevo esa mirada de esmeraldas traspasando sus ojos y llegando a su corazón. Un beso más… Si eso era un sueño, que no llegara el despertar jamás.

Caricias que estremecían, más que la piel, el alma. Dos espíritus afines que habían entrelazado sus historias. Dos plumas que surcaban una misma hoja, un mismo renglón. Dos pinceles que coloreaban un mismo lienzo. Dos manos que creaban una misma pieza. Dos corazones que creaban un mismo sentimiento. Dos niños jugando a ser mayores.

Entrelazaron sus manos y se volvieron a besar. Hablaban mientras seguían tocando os acordes de la canción del amor, en la que no había cabida para los versos de funestos presagios, solo viejos momentos que ya no eran añorados, sueños a cumplir, futuros fusionados y encajados para compartirlos el uno y la otra…

Los sudores de ambos habían pasado a formar parte de un mismo bálsamo en el que bañar sus heridas. Solo estaban ellos, población de un planeta tan grande como esa habitación. Las pieles seguían rozándose, risas ahogadas y susurros para evitar que en su mundo entrase alguien más. Palabras que los envolvían a ambos. Él enterró su rostro en el cuello de ella y ambos hicieron un lazo alrededor del otro. Un lazo que no quería que se rompiera nunca. Sonaron promesas que durarían el tiempo que tardara el olvido en alimentarse de ellas en la memoria de ambos. Corazones abiertos de par en par… o por vez primera, ¿qué más daba?

Y el amanecer se encontró con las cortinas, para no sorprenderlos. Las cortinas apenas mecidas por la brisa del mar los vio dormir entrelazados. Enredados la una con el otro. Siendo ambos el protector y el protegido de quien se hallaba entre sus brazos, la esperanza de un futuro sin dolor, el perdón de sus pasados, un par con el que compartir una –dulce ahora- soledad.

Y el atardecer conjunto con el despertar llegó, pero daba igual, porque habían despertado juntos. Y eso era lo único que importaba.

Deliciosa Imagen



El otro día leí un comentario de Alex de la Iglesia:
“El crítico es un tío que en cinco minutos se carga el trabajo que 200 personas han estado haciendo durante dos años”.
En mi perturbada mente vi a 200 personas con lanzas, palos y antorchas persiguiendo a un ser con gafas de pasta azul que gritaba “¡Viva el cine experimental húngaro!”

Y a De la Iglesia al frente de todos ellos.

Que imagen tan deliciosa.


Podría estar horas despotricando sobre los llamados críticos (a partir de aquí esa palabra engloba a los jueces analistas de todas las artes), pero eso afectaría a mi úlcera y pasaría el resto del día con ganas de poner una bomba en algún centro comercial.Sirva este breve texto como avance de lo que está por venir: una monografía que se está realizando, con vuestro valorado permiso, sobre las incoherencias de los críticos y sus refinados criterios y formas.

Para lograr un texto completo y apetitoso, pido la participación de los lectores (y de los no-lectores) de este vuestro Blog. Ruego que enviéis a mi correo toda crítica o comentario que hayáis leído con asco, que haya sido escrita a la ligera por alguien que se note que no soporta el trabajo que le da de comer o bien que resalten el buen ojo de algunos individuos: serán ejemplos perfectos para ilustrar el proyecto.

Recordad las voces que gritaban lo nefasto que era Mozart o el fracaso que sería Titanic (Y ya puestos, que Kelly ganaría a Bush en las pasadas elecciones norteamericanas…).


SIMON DICE:

No os dejéis engañar por opiniones expertas, pues sois vosotros, masa social, los que tenéis la palabra de la sabiduría.

Aunque de vez en cuando, os merecéis una buena bofetada por ser una masa social con una sabiduría completamente estúpida.

Los que forméis parte de esto último, por favor, abstenerse de enviarme nada.