Como buenamente se habrán imaginado ustedes, LOS PIES FRÍOS está en estado de reposo, cual obesa morsa en su playa. Sé que eso de que un blog como este, de andar por casa con zapatillas cómodas, se tome unas vacaciones es ostentación de pereza, pero si los reyes lo hacen, ¿por qué no nosotros?No hablaré hoy de nada en especial. No comentaré tópicos del verano (no por que no tenga ninguno ahora mismo en mente, que tengo muchos, como por ejemplo esos autobuses con el aire acondicionado estropeado o el niño porculero en la playa), no compondré una historieta, ni haré apología de los sentimientos nostálgicos de los que todo escritor es víctima en el estío, ni siquiera subiré una de esas noticias curiosas que tanto me gustan. Hoy no. Repito. Estoy/estamos de vacaciones blogueras.
¿Qué dice usted, señora? No me entero, ¿puede repetirlo más alto? ¡Ah! ¿Qué cuando volverá a arrancar LOS PIES FRÍOS? Yo le contesto encantado, señora mía. Posiblemente a finales de Septiembre, principios de Octubre. Pero eso no quiere decir que de vez en cuando uno de nosotros no escriba alguna que otra cosa para vuestro deleite y el suyo propio. Tome de ejemplo el texto que está leyendo. Gracias por su pregunta, señora, vuelva a participar cuando usted guste.
Y ahora, sin más dilación, proseguiré mi apasionante tarea de hoy... hacer de canguro de mis primos. Doy gracias al Cielo por que ahora están dormidos.
Y luego puede que le de un toque a Eva, a ver si le apetece que nos veamos mañana para compartir ese Magnum.
¡Buen verano a todos!
