sábado, 12 de abril de 2008

Una nueva raza


Si de algo me han servido los casi seis años que llevo viviendo en Ferrol es como oportunidad única de estudiar a la nueva raza humanoide que he descubierto en esta ciudad: los conductores de autobuses de Ferrolterra. Aparentemente son humanos comunes y corrientes que podrían caminar entre nosotros pasando desapercibidos, pero con unas cuantas directrices que he ido analizando en los últimos años, podrán reconocerlos fácilmente:

Carecen de visión lateral. Tras correr innumerables veces al lado del autobús, o verlos pasar de largo tras esperar media hora en la parada, he llegado a la certera conclusión de que estos individuos poseen un sistema de visión inverso al de los caballos. Es decir, sólo ven frontalmente.

Su capacidad auditiva es menor que la del homo sapiens común. Si el autobús en el que circulan no es de cuando Franco era caudillo y el pitido de la parada suena más que la sirena de los barcos, no se molesten en presionar el botoncito. Tendrá que hacer uso de sus cuerdas vocales y avisarlo mediante el tradicional sistema del grito o berrido a lo gallego.

Necesitan ingentes cantidades de café al día. Da igual que lleve acumulado retraso, que sea hora de salir y que haya gente esperando ya en la parada. Para esta raza, es absolutamente imprescindible el café al final de ruta.

Su sistema de sociabilización se reduce a la propia raza. Es un sistema curioso que me ha costado descifrar. Con respecto al resto de humanos comunes, su relación se reduce a unos cuantos gruñidos, algún que otro berrido o como mucho, una cortés contestación de buenos días (siempre hay alguno que siente curiosidad por las demás razas del entorno). Sin embargo, con respecto a su propia raza, necesitan constantemente la cercanía. Por ello, lo más habitual es que todos los autobuses que coincidan en ruta vengan juntos de hora en hora, en vez de uno cada veinte minutos como sería lo estipulado por los horarios.

Elusión inconsciente de la responsabilidad. Estos individuos tienen una concepción de hechos como la responsabilidad de los actos muy diferente, es decir, no asumen que sus actos son incorrectos, simplemente, la culpa es de otros. Así que si has tenido que hacer señas de controlador aéreo para que no te pase de largo cuando estabas esperando junto al palo de la parada del autobús, lo más probable es que te regañe porque ESE no es un buen lugar para esperar el autobús.

Dificultad con asumir las normas y leyes que rigen el día a día del humano común. Cosas como hablar por el móvil al conducir, hacer cambios de sentido en lugares donde no está permitido, extremar el control de la velocidad en condiciones climatológicas adversas… les cuesta… Hemos de comprender que son seres humanos extraordinarios. Excluyendo su defecto auditivo, están por encima de nosotros.

Así que, si se topan con un conductor de autobuses ferrolano por la calle, tengan en cuenta sus necesidades vitales para tratar de comprenderlo. Debemos ser tolerantes y facilitar la convivencia con todas las razas vivas del mundo, y apreciar la suerte de poder asistir en persona al surgimiento de una nueva especie.

1 comentario:

Alejandro Candela Rodríguez dijo...

Soberbio XD Me ha encantado, ¡viva la catarsis!