martes, 26 de febrero de 2008

Persecución


El coche de policía surcaba las calles al máximo de velocidad que le permitía su motor repleto de cilindros. Esquivando el tráfico como quien quiebra a defensores en un partido y saltándose semáforos que quedaban atrás en pocas décimas de segundo. Después de ello, el nuevo prototipo que estaban probando invitaba a ello.

La sirena aullaba su alarmado lamento mientras llegaban al lugar donde se suponía había sido visto por última vez el vehículo. Después de todo, el helicóptero en la noche no indicaba muy bien en qué calles se hallaría el objetivo. De repente una voz sonó en la radio y el helicóptero parecío centrar su foco en algún lugar calles más arriba. La máquina sobrecargada de gasolina corrió como un león en busca de su presa.

La avenida. Pocos coches. El foco del helicóptero. Allí estaba. Pisó a fondo el conductor y aceleró, probando el máximo de velocidad de nuevo, oyendo rugir el motor deportivo modificado, casi sintiendo como el motor sufría todo el calor del NO2 quemándose entre los pistones. Las farolas y los demás coches eran luces que se perdían en la oscuridad lejana cuando quedaban a izquierda o derecha del vehículo. “No conseguiría huir. Sería un milagro que lo lograra” se dijo a sí mismo el patrullero cuando estaba a metros del coche perseguido. No huiría…










- ¡Josito! ¡Último aviso! ¡A comer ya! –los coches se detuvieron en las manos del niño. Después de todo los milagros suceden a veces.

- Jo mamá… un poquito más –sono la voz del niño desde la habitación. Un rugido de la madre- Por fiiiiii –Otro rugido más.

“Otra vez que el sospechoso se escapaba” pensó el patrullero mientras el coche era guardado en un cajón diferente del coche perseguido. Try again, police...

1 comentario:

Natalia Corbillón dijo...

jajajaja qué bueno!!!
Cuando leía en internet que había concursos de "microrrelatos" no entendía cómo se podría poner un mínimo de argumento en apenas medio folio. ¡Ahora lo sé! Me ha encantado!! XDDD