jueves, 29 de mayo de 2008

Fantasmas.

Desde que el hombre se considera como tal ha respetado a sus antepasados muertos, les ha llegado a rendir culto y a contactar con ellos para pedir consejo o ayuda. La mayoría de las tribus norteamericanas consideran sagrada la tierra de sus antepasados, la religión del antiguo Egipto estaba centrada en el tema de la muerte, incluso algunas culturas enterraban a sus parientes en la pared de su casa para que les resguardara. Muy pocas sociedades no realizan ceremonias funerarias, generalmente para mantener al fallecido contento en cualquier sentido, y evitar que no pueda llegar al otro mundo o que regrese.
Actualmente estamos algo más acostumbrados a escuchar historias sobre todo tipo de fenómenos paranormales, aunque aquellos que las viven no los terminan de olvidar. Hay manifestaciones de muchas clases, ya nadie creería en un fantasma ataviado con una sábana y unas cadenas. Estos suelen revelarse más por sus efectos secundarios que por una visión estremecedora.

Los denominados poltergeist, por ejemplo, se caracterizan por su habilidad para irritar a los que los sufren, suelen manifestarse moviendo objetos, escondiéndolos, dejando caer cosas, volcándolas o, en casos extremos, haciéndolas flotar. Una manera de saber si un objeto ha sido manejado por un fantasma es que suele estar caliente. El doctor Hans Bender logró rodar casi un minuto de película de un efecto poltergeist real ocurrido en Alemania, donde se ven volar y desplazarse objetos.

Otras entidades se manifiestan de maneras menos escandalosas, aunque no menos preocupantes, como en el caso de las caras de Belmez, en el que no se pudo hallar explicación a la aparición reiterada de dibujos de caras en el suelo y paredes. También son típicos los focos de frío o calor, o malos olores que aparecen sin una explicación racional y que desaparecen tan misteriosamente como llegaron, o incluso descargas eléctricas.
Por supuesto también están las apariciones de personas o cosas, generalmente en fotografías o vídeos, así como las psicofonías, en las que el/los entes se revelan "en diferido". Los mensajes suelen ser ruidos humanos (lloros, quejidos...), o una frase que se repite, aunque no faltan los mensajes dirigidos al investigador (desde consejos hasta amenazas), por eso más que aconsejar se prohibe a personas que no estén psicológicamente preparadas que realicen este tipo de prácticas. Mediante cámaras de vídeo también se han captado entidades, incluso a veces con sonido si se combina con una grabadora, ya sea en tomas realizadas por casualidad o en circuitos cerrados de televisión (enfocando la cámara a la televisión en la que se emite lo que se grava), en los que en apenas unos fotogramas entre la estática se han descubierto imágenes fijas o en movimiento de seres fallecidos. De esta manera se captó un mensaje de Constantin Raudive, padre de las psicofonías; con el vídeo se captó su imagen, y con la grabadora el siguiente mensaje:

"Un sustrato inmaterial, cualquiera que sea el nombre que le deis, principio, alma o espíritu, es una parcela de eternidad, escapa a la destrucción... (ruidos). desgraciadamente hoy la gente tiene miedo a morir, pero la muerte no es temible. La enfermedad es temible. Y lo que precede a la muerte. La muerte desemboca en una eternidad radiante, es una liberación que pone fin a nuestras tragedias"

Si lo que desea es encontrarse con un fenómeno paranormal del tipo manifestación, debe saber que los mejores sitios son los lugares antiguos como casas viejas, teatros o cementerios, teniendo siempre en cuenta el carácter privado de estos lugares y el respeto que se merecen.

La mejor hora para recoger este tipo de experiencias son las primeras de la mañana (las 8 o las 9) en las que seremos menos propensos a dejarnos llevar por la imaginación y los ruidos naturales (crujidos o dilataciones de las estructuras, animales nocturnos...).

Si se ve algo por el rabillo del ojo se debe evitar girarse para mirarlo directamente, ya que entonces dejaremos de verlo. Por ello debemos usar la visión periférica, dejar que el objeto se introduzca en nuestro campo de visión. Siempre es aconsejable ir acompañado, y bien equipado. Se debe llevar una cámara con luz ténue o película infrarroja si deseamos tener pruebas. Lo mejor es usar una cámara de vídeo, ya que así evitamos que una mancha en el revelado nos dé que pensar, también evitaremos así enfocarlos directamente (usando la visión periférica con la cámara). También se debe llevar un termómetro digital para registrar los cambios inusuales de temperatura. Los profesionales, entre otras cosas, disponen de un detector electromagnético que capta señales de energía no producidas por aparatos corrientes (electrodomésticos, etc.) .

Uno de los casos más recientes de fantasmas aparecidos en vídeo es el que aparece en la película "Tres hombres y un bebé", que no fueron hechos públicos hasta meses después de que apareciera en vídeo. Se dice que la casa en la que se rodó, un niño había sido asesinado con una escopeta.
En la primera imagen se ve en la ventana, del fondo una escopeta que por supuesto no estaba allí. En la segunda y tercera, también al fondo en la misma ventana, y mientras los actores realizan su trabajo en una escena de unos 20 segundos, la escopeta ha desaparecido y ahora por la ventana se asoma un niño que desde luego tampoco estaba allí.

Así pues, parece ser que los fantasmas existen. Hay quienes los han visto y quienes los han sufrido, y otros que no se creen ni lo uno ni lo otro.


Texto extraído de "http://www.formarse.com.ar/paranormal/fantasmas.htm"

2 comentarios:

Alejandra. dijo...

Es difícil hoy en día que la gente esté abierta a vivir expericencias "paranormales". Esa palabra es, dependiendo para quien, una verdadera tontería.
Subjetivamente, el texto es bueno, para principiantes con todos mis respetos, en serio. En este mundo hay mas muertos que vivos, y para eso no hace falta que sean las 9 de la mañana, con solo saber mirar basta.

Saludos

Alguien que se pasa siempre.

Alejandro Candela Rodríguez dijo...

Por lo visto, el "niño fantasma" de Tres Hombres y Un Bebé era el hijo de una de las limpiadoras del set de rodaje, que se coló en una de las tomas.
Lo confesó la madre de la criaturita y el propio niño, ya covertido en adulto, años después.