miércoles, 11 de junio de 2008

Leopold Bloom se va a comer

(Marilyn leyendo a Joyce)
Como parece evidente que todos estamos de exámenes, en lugar de escribir alguna chorradita, pondré aquí un fragmento de una de las obras cumbres de la Literatura Universal: Ulises, de James Joyce.
El momento en cuestion corresponde a uno de los momentos en los que Leopold Bloom vagabundea por las calles de Dublín. Para ser más exactos, cuando va buscando un restaurante donde almorzar:

(James Joyce)


"La sonrisa se le borró mientras caminaba, una nube plomiza cubrió el sol lentamente, sombreando el arrogante frontispicio del Trinity. Tranvías que se cruzan en todas direcciones, para el centro, para las afueras, tañendo. Palabras inútiles. Las cosas siguen igual, día tras día: patrullas de policía salen, vuelven: tranvías entran, salen. Esos dos majaretas haraganeando. Dignam con los pies por delante. Mina Purefoy vientre inflado en una cama quedándose para que le saquen el niño a tirones. Uno que nace cada segundo en algún sitio. Otro que muere cada segundo. Desde que les eché de comer a los pájaros cinco minutos. Trescientos han estirado la pata. Otros trescientos nacidos, lavándoles la sangre, todos están lavados con la sangre del cordero, berreando maaaaaa.
Ciudad entera que muere, otra ciudad entera que llega, muere también: otra que aparece, que acaba. Casas, filas de casas, calles, millas de pavimento, ladrillos apilados, piedras. Cambian de mano. Este propietario, ése. El dueño nunca muere dicen. Otro se mete en su pellejo cuando a él le llega el desahucio. Compran el sitio con oro y aún siguen teniendo todo el oro. Timo en alguna parte. Apiladas en ciudades, desgastadas siglo tras siglo. Pirámides en la arena. Construidas a costa de pan y cebollas. Muralla china de esclavos. Babilonia. Grandes piedras que permanecen. Torres circulares. El resto ruinas, barrios que se extienden, chapuzas. Casascolmena de Kerwan construcciones de papel. Cobertizo, para la noche.
Nadie vale nada.
Ésta es la peor hora del día. Vitalidad. Apagado, tristón: odio esta hora. Siento como si me hubieran comido y vomitado".


(An Irish Guy disfrazado de Ulises)


Para los que no lo conozcáis, ahí dejo la contra de la edición de Cátedra, a cargo de Francisco García Tortosa:

A comienzos de los años veinte, cuando Ulises
comenzó a ser publicada en la revista
norteamericana Little Review, publicación que fue
interrumpida en el episodio XIII por orden
gubernamental, James Joyce engrosaba el elenco
de celebridades que pululaban por París. El escritor
proscrito, que ya había alcanzado cierta notoriedad
por Dublineses y Retrato de un Artista Adolescente,
no era, pues, un oscuro desconocido al que
simplemente se le había ocurrido escribir unas
cuantas obscenidades.


La fama de Ulises se debe en gran parte, a razones
que a veces poco tienen que ver con la novela,
emparentadas con nuestro tiempo y nuestra cultura.
Indescifrable, insulto al lector medio, soez,
escabrosa, vulgar, para unos, penetrante,
innovadora, la mayor creatividad verbal después
de Shakespeare, descubridora del hombre moderno,
para otros. Críticos favorables como Valéry Larbaund,
Ezra Pound, T.S. Eliot, y menos favorables como
Bernard Shaw, Gertrude Stein o Virginia Wolf,
contribuyeron a que una novela enrevesada
alcanzara la popularidad a pesar de que era, y
probablemente siga siendo, lectura que muchos
no se atreven a completar. Esta edición ofrece una
nueva traducción al castellano, que fija el texto
en nuestra lengua teniendo a la vista un mínimo
de cinco ediciones diferentes.


Un libro que no puede faltar en una biblioteca.

2 comentarios:

Zara dijo...

Parece que fue ayer cuando Tortosa me hacía enfrentarme a ese exámen con preguntas tipo "¿qué guardaba Bloom en el cajón superior de su mesita de noche?" jaj, eso me ha dejado secuelas, pero al final me terminó gustando Ulysses...Es una obra maestra.
Xaop, nos vemos.

Alejandra. dijo...

Un libro que ciertamente hay que leer con paciencia. Las 43 paginas del flujo de conciencia de Molly Bloom casi me matan, eso de andar poniendo comas imaginarias cuesta lo suyo ehh!