miércoles, 28 de noviembre de 2007

Aaahgagaghaga...


La verdad es que, como es mi primer año en el turno de tarde en la universidad, no puedo decir si el personaje protagonista de la entrada de hoy lleva años haciendo esto, pero yo acabo de descubrirlo y necesito manifestarlo públicamente.

El caso es que, al bajarme del autobús y encaminarme hacia la facultad para una nueva tarde de clases, aprendizaje y demás chorradas variadas, tropecé con un ángel caído del cielo. Y no lo digo porque fuera una hermosura de persona (el pobre parece un aborigen), sino porque ha cumplido uno de mis más grandes deseos: tener un puesto de castañas asadas en la puerta de la facultad.

Oh! ¡Qué maravilla! ¡Me entran unas ganas mortales de escribirle un poema en octosílabos! Ese olorcito, esas manos que se protegen del frío al sostener el cucurucho de papel calentito, esas perlas color ceniza que hacen que se te llene la boca de saliva en dos microsegundos... ese olorcito... ¡¡ese olorcito...!!

Mmmm... castaaañaaas... aaahgagaghaga...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios... castañero... haz hecho feliz al mejor tipo del mundo: OJO QUE NO PODES QUEJARTE QUE TE NOMBRA EN SU BLOG EHH
Eiii que por fin me deja comentarte!!!
veo que sos el tipo mas feliz de toda la universidad no?
Como estamos con el amor a primera vista leches!!!
te quiero muchoo sir sevillano!!!
lady ALesS!♪