miércoles, 6 de febrero de 2008

Previously on...


Abres un ojo de repente. Bueno, en realidad abres los dos, pero solo se ve como lo hace uno. Tus pupilas dilatadas se resienten y enfocan con dificultad la habitación. Estás en una cama tipo hospital, pero no te hace falta mucho tiempo para darte cuenta de que no estás en un hospital. En la pared de enfrente hay un espejo enorme y sabes que desde el otro lado un tipo con gafas de carey y un fumador compulsivo te están observando. Intentas levantarte, pero no puedes porque estás atado de pies y manos a la cama con correas de cuero. Estás nervioso al principio, pero empiezas a recordar aquella cosa que te dijo tu padre cuando pequeño y poco a poco, te calmas. Entonces tienes una idea. Usas tu sorprendente habilidad para aflojar tornillos con la uña del dedo meñique sin que se note y logras liberar una mano. No te mueves; sabes que el tipo de las gafas y el fumador siguen ahí. Entonces oyes una voz en tu cabeza: “Ya. Mr Gafas-de-Carey y el fumador que mató a Kennedy se acaban de ir. Tienes cinco minutos para salir de ahí cagando leches”. No tienes ni idea de donde viene esa mágica voz, pero tú vas y le haces caso. Te liberas y con una orquilla que has encontrado tirada en el suelo abres la puerta.
Sales a un pasillo largísimo. En un extremo hay un guarda de seguridad canturreando una canción absurda que no se ha dado cuenta que te estás escapando y en el otro hay dos tipos con el mismo pijama blanco que tú. La voz te dice que te vayas con los tipos. Una vez que te unes a ellos, se presentan: uno es un telépata y es quién te ha estado hablando; el otro dice que sabe como salir de allí porque tiene tatuado el mapa de las instalaciones en el culo. No haces ninguna pregunta; total, para qué. Los tres os ponéis manos a la obra y tras ir por quince pasillos, dos túneles subterráneos, tres conductos de ventilación y un parque de atracciones con unicornios, salís al exterior. Perfecto. Lo habéis conseguido.
Pero lo bueno no dura eternamente y el tipo de las gafas de carey y un tal Mahone salen corriendo detrás vuestra. Tú los ves y de repente quieres hacer aguas mayores. Mahone saca una mágnum 55 y le vuela la cabeza al telépata mientras el del tatuaje grita “NOOOOOO”. Decides que estás harto de tarados y huyes por tu cuenta.
Entras en un bosque oscuro, tenebroso, pero con pinta de que han contratado a un equipo de jardineros profesionales para que parezca así. Oyes un ruido extraño y al volverte, ves como un psicópata encubierto, un canoso piesplanos, un pelirrojo repelente y uno que se parece al primo de Michael Keaton abren unos maletines y se ponen a investigarlo todo. A todo eso, escuchas unos susurros que no sabes de donde vienen y entonces ves que delante de ti ha aparecido como de la nada, alguien que no debería estar allí… porque está muerto o de vacaciones en Torrejón, ya sea tu padre, tu amigo, la ex-novia de tu hermanastro… eso es irrelevante. La cuestión es que otra vez te cagas cuando la aparición te dice que tu destino, tu propósito, tu objetivo, está cerca de cumplirse. Y entonces desaparece otra vez.
Y cuando crees que la cosa no puede ser más desquiciante, te despiertas en la consulta de un médico con pinta de dormir con la ropa puesta y te dice que todo lo te ha pasado es síntoma de la malrollotitis aguda y que eres gilipollas. El tipo pasa de ti y se marcha, dejándote solo, de nuevo en otra cama tipo hospital. Solo que esta vez si que estás en uno.
O eso parece, porque entonces la persona que se te apareció en el bosque vuelve a manifestarse y te señala con el dedo mientras recita unos números extraños.

Tú no sabes de lo que habla y ya no puedes averiguarlo.
Más que nada porque era el último episodio de la temporada.
Te queda un año para saber lo que pasa.
Te jodes.
Por friki.

3 comentarios:

Alejandra. dijo...

Sabes que cuando haces esas cosas te terminas haciendo odiar?
Pero no va, que en lugar de tus iniciales salio el nombre completo y ahora puedo buscarte en la guia de telefonos y putearte hasta que me cuentes el final de la historia muajajaja
no, que va, no soy tan cruel.
lo que le falta a eso es algo tipo un hada cabrona y te des cuenta de que es una bruja mala que tiene en el castillo a rapunzel (ah no leches, que eso es de bosque adentro xD)
enga, hasta la proxima!!

Julieta Bravo dijo...

Una vez escribi algo parecido: la profesora que lo leyó creyó que se trataba de un sueño y en realidad era la viviosn de una persona que se drogaba con ketamina.
La cara que puso cuando le conte la realidad del cuento fue impresionante, no me la olvido mas!!
xDD

Anónimo dijo...

jeje mu bueno el texto stoy sperando el siguiente para poder comprobar tu potencial