viernes, 28 de noviembre de 2008

Una escena más...


Sus ojos chispeaban con la luz de la farola que les iluminaba en aquella solitaria avenida. Fuera el frío o las palabras que acaban de resbalar desde sus labios, lo cierto es que unas lágrimas habían comenzado su recorrido para desembocar donde su mentón formaba un óvalo perfecto. El viento corría caprichoso, haciendo que sus cabellos ondearan al compás de su vuelo.


Hermosa. Si hubiera tenido palabras que dar desde el nudo que se formaba donde antes había una garganta, 'hermosa' habría sido la única descripción que habría tenido para ella. Su mirada parda, sus labios del sabor de la miel, su piel salpicada con algunas pecas, dándole el aspecto de una niña traviesa, urgían una respuesta a la pregunta que eran esos puntos suspensivos al final de una frase a medio concluir.


Solo un gesto, cuando una palabra no describe un sentimiento, es solo el gesto suave el que tiene cabida. Un corto movimiento de la cabeza. Aventurándose a acercarse levemente a los labios de sus sueños.


Silencio. Por unos segundos en el silencio solo se oyó el paso mudo de dos viajeros que se atrevían a compartir por enésima vez un viejo camino… Y anclaron esa silenciosa promesa del tierno beso con un nudo formado por sus brazos.


Era un instante fugaz en el que los golpes de la vida, el frío de las noches y la lluvia de la soledad pasaban de largo a su lado, sin detenerse siquiera para recordarles que ahí estaban.


Después de todo es un momento especial aquel en el que podemos disfrutar de condenarnos con otro a vivir una compartida soledad.

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